nunca aceptó quedarse conmigo una noche.

Nunca se dejó tocar. Pensaba que llegaría a romperse si lo hacía. Me faltaban el aire y las ganas cuando pensaba en dejarla sola. Mas no tenía más remedio, nunca aceptó quedarse conmigo una noche. Era entonces cuando supe, que daba su amor a otros hombres, dejaba su olor en otras camas, su pintalabios en otros cuerpos y su placer en cualquier rincón oscuro.

Oh Nadia, no entendía entonces el por qué de continuar contigo. Fue tiempo después cuando me di cuenta, que era tu amor, ese amor de niña caprichosa, infantil y a la vez perfecta; ese amor de dulce y juventud que yo creía haber olvidado y que volvía locos a tantos, y sobre todo a mí, que ese amor Nadia, ese amor lo dejabas conmigo.

3 comentarios:

  1. Me gusta, muy bonito :)

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  2. Que historia de amor más perfecta.

    Un muá(h) y un sugu de frambuesa!

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  3. Gracias :) (L) otro sugus para ti, del color que prefieras :)

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