un corazón que no volvería a latir.

Hundió sus uñas en sus muslos, con rabia, con resentimiento, con exasperación. Un sentimiento exagerado e hiperbólico de locura. ¿Nunca volvería a verla? No lo sabía. No comprendió el motivo, ni el porqué. Vivía de unas pocas fotos que le había dado tiempo a sacar y las apretó con fuerza, con furia, en su pecho. Las estrechó de tal modo que sintió como el papel le hacía herida, justo en el corazón. Ese corazón que había dejado de latir y muy probablemente no volvería a hacerlo nunca.

Aedan cogió su pistola, con un deje de nerviosisimo fingido. La tensión y el dolor le llevaron a situarla en su sien. Sintió el frió metal golpeandole la cabeza y dudó. ¿Y si algún día volviera? Una lágrima afloró en sus ojos. Notó el corazón golpeándole el pecho con tanta fuerza que pensó que se le escaparía de las entrañas y se iría corriendo a por ella, a buscarla. Caminó hasta el baño y se miró en el espejo. Tenía la cara de un color oliváceo, hacía más de una semana que no comía apenas. Se miró el cuerpo, tanto la vida como su piel habían perdido todo su color. Fue entonces cuando recolocó la pistola en su sitio, en su frente, y apretó el gatillo.

8 comentarios:

  1. ¿Y si volvía? No debería haber apretado el gatillo...


    (te sigo ^^)

    ResponderEliminar
  2. Nunca se debe perder la esperanza.

    ResponderEliminar
  3. No debería haber hecho eso, que hay que luchar por lo que de verdad importa siempre.

    Parece que Nadia hace estragos allá por donde va.

    Un muá(h) y un sugu de naranja!

    ResponderEliminar
  4. Gracias :) veremos a ver como continúa, no perdais la esperanza tampoco :)

    ResponderEliminar
  5. Debería haber sido un poquito mas fuerte.
    ¡Un beso!

    ResponderEliminar
  6. Morir por amor no debería ser así... Espero la continuación :)

    ResponderEliminar
  7. y si hubiese vuelto? ahora ya no lo sabrá...

    besito:)

    ResponderEliminar